Han pasado dos meses, dos horribles meses. Se me han hecho eternos. Cada vez que veo tu cama debajo de la mía deseo que vuelvas a aparecer y que a media noche te subas encima de mi cama.
Hecho de menos tu olor, los pelos que desprendías por toda mi ropa, pero sobretodo hecho de menos los momentos en los que estaba mal y tu te acercabas y con tan solo por tenerte ahí conmigo se me olvidaba el resto del mundo, porque mi mundo eras tú.
Ya sé que no me he portado bien por no ir a visitarte últimamente, pero es que cada vez que voy se me hace todo un mundo y siempre acabo mal y sin parar de pensar en ti.
Mis últimas palabras hacia ti fueron un “te quiero”, y aunque sé que todo esto no te va a llegar nunca porque no estas en este mundo, es lo que yo siento y siempre te tendré en tu recuerdo y en mi corazón.
Tu fuiste el único que logró superar mis miedos.
Tu recuerdo sigue encendido en mí.
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